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APELLIDOS Y MIGRACIONES INTERNAS EN LA ESPAÑA CRISTIANA DE LA RECONQUISTA
SEGUNDA PARTE (para ir a la primera, pulsa aquí). Fernando González del Campo Román
3.
Predominio
cristiano (1212-1492). Se va haciendo hereditario el uso del apellido en toda la
sociedad
a.
De
la batalla de Las Navas a la reconquista del Guadalquivir (1212-1262)
1)
De
Las Navas a la rendición de Valencia (1212-1238)
En
los primeros años del siglo XIII, las tropas aliadas de Alfonso VIII de
Castilla, Pedro II de Aragón y Sancho VII de Navarra vencen a los moros
almohades en Las Navas de Tolosa (Jaén, 1212). Su derrota supondrá la caída
en poder de los cristianos de casi todo Alandalús. Los castellanos toman
Alcaraz (Albacete, 1213) y, hacia este mismo año, el rey navarro compra los
castillos árabes del Rincón de Ademuz (Valencia). El año siguiente, Alfonso
IX de León toma Alcántara (Cáceres).
Iban
en su hueste 600 caballeros castellanos mandados por el quinto Señor de
Vizcaya, don Diego López de Haro, y su hijo Lope Díaz (o sea, hijo de Dia o
Diago). Vese aquí muy bien la formación del patronímico. Era Diego
natural de Nájera (La Rioja) y Haro es también una ciudad riojana.
Tendrá
entonces lugar un gran esfuerzo por repoblar La Mancha, principalmente con
castellanos, por parte de las órdenes militares de Calatrava, San Juan y
Santiago, que reciben grandes señoríos para poblar un territorio casi
desierto. También se les cede enclaves estratégicos al sur del Tajo, como los
ya mencionados de Zorita y Calatrava, el Campo de Montiel (desde 1213),
Consuegra y el Campo de Criptana (Ciudad Real). A principios del siglo XIII, se
repuebla también Sanabria y la zona de Alcañices (Zamora), en el Reino de León.
En
la estela de la citada victoria de Las Navas (1212), Jaume
I de Aragón conquista Castejón (Teruel, 1222). Dos años después,
Fernando III de Castilla empieza sus conquistas en Andalucía: Quesada (Jaén) y
después Capilla (Badajoz) y Baeza (Jaén, 1226), año a partir del cual
se repuebla esta ciudad y Andújar (Jaén). La sede episcopal de Baeza se
restaura en 1228.
En
un documento del monasterio de Oña (Burgos) de 1254, se menciona a «Sancho
Martinez de Xodar» (Jódar, Jaén), quien era Adelantado de la Frontera y,
antes de la reconquista de esta población (1229), parece que se apellidaba «Martínez
de la Torre». Dicen que era de origen gallego. Y también se llamó alguna vez
«Martínez de Bedmar», pues recibió esta villa junto con Jódar [37].
He aquí, por tanto, otro ejemplo de lo fácilmente que se podía mudar de «apellido»
en razón de los intereses.
Por
otra parte, los portugueses de Alfonso II toman Elvas (1226) y seis años después,
guiados por los caballeros de Santiago y de San Juan, avanzan por el Algarve
(1232-1250). Serpa, Moura y Aljustrel caen ese primer año. Por su lado, los
leoneses ocupan Cáceres y Montánchez (Cáceres, 1229), y el año
siguiente Mérida –cuya sede episcopal restauran en 1234–, Talavera la Real
(Badajoz) y la propia Badajoz, a orillas del Guadiana. La diócesis pacense es
restaurada definitivamente en 1255.
En
1252, la Orden del Templo y el municipio de Cáceres acuerdan una transacción
en la que intervienen los siguientes representantes: «El
Concejo de Cáceres nombró, y dió de su parte Don Lope Pérez, Comendador de
Capilla [Badajoz], e Don Miguel Nauarro, Comendador de Alconetar [ibídem],
Freyles del Temple; e el Maestre y los Freyles nombraron, e dieron de su parte
Don Pedro Yañez, y Don Ximen Sancho Caualleros é vezinos de la Villa de Cáceres»
[38].
Como puede verse, todos los apellidos, salvo Navarro –que en última instancia
es de procedencia (gentilicio)–, son patronímicos. Yáñez significa
hijo de Yan (Juan).
Paralelamente,
en las Islas Baleares, los catalanes y aragoneses conquistan Mallorca
(1229-1232) e Ibiza y Formentera (1235) y someten Menorca (1231). En Mallorca,
sólo unos 50.000 moros consiguen quedarse inicialmente en régimen de
capitulación. Se produce una colonización masiva de la isla con catalanes
–al menos la mitad de los repobladores (sobre todo del Ampurdán y del
Rosellón)–,
languedocianos (1/4 del total), italianos (más o menos el 13%) y grupos menores
de aragoneses y navarros. Ante las disputas entre las diócesis de Gerona,
Barcelona y Tarragona por la jurisdicción del obispado de Mallorca, el papa
Gregorio IX concede la exención a éste en 1232.
Uno
de los nobles que reparte tierras en Mallorca entre sus vasallos es Pons Hugo
III, vizconde de Bearn (Pirineos Atlánticos). Asimismo, en un documento latino
de 1230, Jaime I señala la parte que corresponde a los marselleses en Mallorca,
y de ellos menciona, entre otros, a «Balduvino
Gomberto et Guillelmo Aycardo»
(Gombert y Aicard), «Raimundo
Lombardi»
(sic), «Veyano
Guilaberto»
(Guilabert) y «Hugoni
Rotlando»
(Rotland o Rolland) [39].
Una vez más, se comprueba el dominio de los apellidos patronímicos, en este
caso del sudeste francés. Parece que es entre los siglos XIII y XV cuando se
extiende a todas las capas sociales el uso hereditario del apellido.
Respecto
a Ibiza y Formentera, entre los nobles que dirigieron su conquista y repartición
estuvieron Guillem de Montgrí, administrador apostólico de la archidiócesis
de Tarragona; Nuño Sanç, hijo del conde Sanç de Cerdaña y de Sancha Núñez
de Lara; y el infante Pedro de Portugal. Guillem (Guillermo) de Montgrí era
hijo de Pere de Torroella, señor de Torroella de Montgrí (Bajo Ampurdán,
Gerona) y hermano de Ponç Guillem de Torroella y Bernat de Santaeugènia. Éste,
que fue gobernador de Mallorca, adoptó su apellido por haber restaurado una
rama de los Santaeugènia de Berga (Barcelona). Entre los nobles no era raro que
los hijos de un mismo padre recibieran o adoptasen diferente apelllido,
según el linaje y la herencia que representasen.
En
1229, la Corona de Aragón empieza también la conquista de la taifa de
Valencia, que concluirá en su mayor parte en 1245. Catalanes y aragoneses toman
Peñíscola y Burriana (Castellón, 1232), Castellón de la Plana (1234) y las
plazas próximas a Valencia. En 1236 sitian esta ciudad, que se rinde en
1238 y, después de restaurar su sede episcopal, ésta se incorpora a la
provincia eclesiástica de Tarragona el año siguiente. Entre 1238 y 1253
completan la ocupación del territorio (Biar, Játiva, Denia y Cullera
[Valencia], 1244-1245).
En
1236, por ejemplo, el caballero aragonés Ferrant Pérez de Pina, Señor de Larrés
(Sabiñánigo, Huesca), concede carta puebla a Benicarló (Castellón), en
nombre de Jaime I de Aragón [40]
(hay una villa en el sudeste de la provincia de Zaragoza que se llama Pina de
Ebro).
Los
repobladores del nuevo reino proceden de Aragón, principalmente del sur, y de
Cataluña y, tras las revueltas de los musulmanes de 1247-1248 y de 1276, se
hace nuevas colonizaciones, sobre todo en el mediodía valenciano, donde hasta
entonces los cristianos eran pocos (se concentraban sobre todo en Gandía,
Alcira, Játiva, Denia y Alcoy).
En
una carta en latín de 1250, verbigracia, Jaime I concede varios obradores o
talleres en Valencia («operatorios»)
a «Raymundo
Castella»
(probablemente Castellà), «Arnaldo de Muntrog»
(Mon[t]roig), Thomasio Sartre»
(Sastre, apellido de oficio) y «Iohanni
de Teus»
[41].
Castellà (castellano), también podría proceder de Castellar (nombre de varias
poblaciones de Cataluña, y de Aragón, Valencia, La Mancha y Castilla, y aun
Murcia y Andalucía). Asimismo, hay sendas poblaciones llamadas Montroig en
Tarragona, Lérida (término de Plans de Sió) y Barcelona (en Tarrassa) [42].
En cuanto a Teus, podría ser una alteración de Tous, apellido catalán que
procede de una población homónima de la Segarra (Sant Martí de Tous, Lérida).
En el Índice Genealógico Internacional, en 1596
aparece en Arenys de Munt (Barcelona), Ángela Teus, hija de Ramón Teus [43].
Hacia
1270 había en el Reino de Valencia unos 200.000 musulmanes, frente a unos
30.000 cristianos. Había también una importante minoría judía y casi ningún
mozárabe.
Entre
1232 y 1238 continúan las conquistas castellano-leonesas en Extremadura y
Andalucía: Trujillo (Cáceres) y Úbeda (Jaén) en 1233, Medellín
(Badajoz) el año siguiente, y Alanje, Magacela (Badajoz) y Santa Cruz en 1235.
En
la lista de los caballeros conquistadores de Úbeda y Baeza que
recibieron propiedades en ellas figuran, entre otros, Don Lope Ruiz de Baeza, señor
de La Guardia de Jaén desde 1244 aproximadamente; Martín Malo (apellido
apódico);
Alfonso Martínez de Ordás (población de Vigo, Pontevedra); Sancho Canciller;
Ramón Jordán (sobrenombre cristiano); Lope Iñíguez de Horozco (Orozco, término
de Vizcaya); Pascual Rubio; Diego Sánchez del Obispo (apellido de filiación, o
de cargo, servicio…); Suero de Benavides (entidad de León); Pedro Fernández
el Vizcaíno; Lope Pérez Lechuga (probable mote); Ramiro de Calatañazor (villa
de Soria); Rui Silvestre Espadero (apellido de oficio)… [44]
Vemos aquí representados muchos de los tipos de apellidos españoles: patronímicos
(Iñíguez, hijo de Íñigo) y de filiación en general (tal vez Del Obispo),
toponímicos (De Benavides…) y gentilicios (el Vizcaíno), de oficio
(Espadero) o de cargo (tal vez Canciller), apódicos (morales como Malo, físicos
como quizás Rubio…), religiosos (Jordán)… Baeza, Malo [45],
Jordán, Orozco, Rubio (que fue nombre de pila), Lechuga –muy abundante– y
en menor medida Benavides son hoy apellidos bien representados en la provincia
de Jaén. De hecho, Lechuga es un apellido fundamentalmente andaluz. Por su
parte, Ordás es hoy significativamente recurrente en la provincia de León;
Espadero, en la de Ciudad Real; y Obispo, en las de Palencia y Cuenca. He aquí,
por tanto, algunos posibles orígenes de estos conquistadores. En cuanto a
Canciller, es un apellido muy raro, presente hoy sobre todo en Vizcaya y
puntualmente en las provincias de Cádiz, Badajoz, Sevilla… Finalmente,
Calatañazor,
no parece existir hoy en España como apellido.
Asimismo,
en una carta plomada en que el rey Alfonso confirmaba el amojonamiento entre los
términos de Trujillo, Toledo, y Talavera (1268), se menciona al alcalde «Martin
Muñoz de Medelin»
(Medellín, Badajoz), a «Enieto
Garçia de Toledo»
(Nieto), «Johan
Ferrandes de Talavera»,
etc. [46]
Muñoz significa hijo de Muño (nombre de origen prerromano). Por otra parte, el
complemento «De
Medellín»
confirma la rapidez con que una población recién conquistada puede
servir para apellidar a los, en alguna forma, oriundos de ella.
También
en Extremadura, como en La Mancha, se cede gran parte del territorio a las órdenes
militares (Santiago, Alcántara y el Templo), pero se organiza otras tres
ciudades de realengo con sus tierras y aldeas: Cáceres, Trujillo y Badajoz. La
mayoría de los repobladores del oeste peninsular eran leoneses y gallegos.
En
1236, Fernando III toma Córdoba, con una lucida hueste en la que
destaca, entre otros, Álvar Pérez de Castro. Entre ese año y el siguiente
restaura el obispado de la ciudad, que se integra en la provincia eclesiástica
de Toledo. 1236 ve también repoblarse Úbeda (Jaén).
El
linaje de Álvar, hijo de Pero (o Pedro) Fernández de Castro «el
Castellano»
–de
ahí el apellido Pérez–, procedía de Castrojeriz (oeste de Burgos).
Así
mismo, entre 1237 y 1238 se realiza el avance hacia Sevilla: los leoneses ocupan
Santaella, Hornachuelos (Córdoba), Mirabel (Cáceres) y Zafra (Badajoz), y los
castellanos Aguilar, Cabra (Córdoba), Osuna, Cazalla de la Sierra y Morón
(Sevilla). También los portugueses progresan hacia el sur, y pasan a su dominio
Ayamonte, Mértola, Tavira y Cancela (Sancho II, 1238-1239).
Entre
los castellanos que destacaron en la campaña de Andalucía estuvo el toledano
Diego Pérez de Vargas, apodado Machuca. Era hijo de Pero de Vargas. En cuanto a
Vargas, aunque, entre otros topónimos, hay una población de este nombre en
Puente Viesgo (Cantabria), en el propio Toledo hay un lugar llamado Bargas que
al parecer fue solar del linaje. El sobrenombre bélico Machuca habría pasado a
integrar el apellido de algunos descendientes de Diego (Vargas-Machuca). En
cualquier caso, Machuca es hoy un apellido principalmente andaluz.
2)
De
la anexión de Murcia a la conquista de Cádiz (1243-1262)
En
1243, Castilla se anexiona el Reino de Murcia, que se hace tributario
suyo. Lorca, Cartagena y Mula resisten hasta el año siguiente. Poco después,
Muhammad I de Granada entrega Arjona (1244), que se repuebla, y Jaén (1246),
ciudad a la que se traslada la sede episcopal de Baeza. Así mismo, Fernando III
conquista las proximidades de Sevilla: Alcalá de Guadaira, Constantina, Lora y
Alcalá del Río. En 1248, Sevilla se rinde; y en los dos años
siguientes caen Jerez, Medina Sidonia, Rota (Cádiz), etc.
Uno
de los nobles que sobresale en la conquista de Sevilla es Ramón Bonifaz,
almirante de la flota de Castilla y santanderino al parecer, de origen burgalés
(en el siglo XV, los Bonifaz [apellido patronímico] tenían casa fuerte en
Lomana, Valle de Tobalina, Burgos). Así mismo, en el libro del repartimiento de
Jerez de la Frontera (1266) se mencionan, por ejemplo, las «casas
de Martin Peres d[‘] Andujar e ... de Johán Domingues de Burgos»
[47].
Andújar es una ciudad de Jaén, aunque también hay una población homónima en
el municipio de Santiago de Compostela (La Coruña).
Por
su parte, Alfonso III de Portugal continúa la ocupación del Algarve
(1248-1253) y, una década después, las conquistas del rey castellano son
completadas por las de su hijo, Alfonso X, que ocupa Cádiz y el reino de
Niebla (Huelva, 1262). El año siguiente se repuebla esta ciudad, Huelva y
Gibraleón, y en 1263 se traslada a Cádiz la sede episcopal de Medina Sidonia,
que había sido restaurada en 1261.
Así
pues, entre 1222 y 1266 se incorporó a la Corona castellano-leonesa toda la
Extremadura situada al sur del Tajo, la cuenca andaluza del Guadalquivir,
incluidos sus sistemas montañosos (Sierra Morena y las cadenas sub-béticas), y
el Reino de Murcia (1243). La sede episcopal de Cartagena (Murcia) se restaura
el 1250.
Así
mismo, abandonada por los musulmanes, Córdoba –cuyo obispado se
restaura (1236-1237)– empieza a poblarse lentamente por la escasez de
inmigrantes. También Sevilla es abandonada por los vencidos (1248), su sede
episcopal se restaura (1249) y se empieza a reconstruir la provincia eclesiástica
de la Bética (en 1289, Sevilla alcanza la dignidad metropolitana). En
1252-1253, se reparte heredamientos en la ciudad a unos 4.000 vecinos, y
bastantes donadíos. Se crea también barrios
especiales para los mercaderes extranjeros (barrios de Génova y de Francos).
Por otra parte, se cuida mucho la repoblación de la zona fronteriza con
Portugal, o «banda gallega». La divisoria entre castellanos y portugueses se
pone en Ayamonte (Huelva, 1240).
El
número de los pobladores es siempre escaso. En Andalucía, en torno al 60 por
ciento procede del Reino de Castilla, el 30 por ciento del de León y un 10 por
ciento de otros reinos peninsulares y de países europeos. Paralelamente, se
restaura las comunidades judías.
En
el repartimiento de Sevilla figuran, entre otros muchos, «Lop
Yenninguez de Furones» y Domingo Pérez de Segovia [48].
Parece que Furones era una población de Zamora, que no hay que confundir con
Hurones (Burgos). «Yenninguez»
debe de ser un error por «Yenniguez»
(Íñiguez).
Por
otro lado, en los siglos XIII y XIV prosigue en el norte de los reinos
castellano-leoneses la formación de pueblas y villas nuevas dotadas de fueros,
que atrae población de las zonas rurales cercanas. De hecho, la mayoría de las
«polas» asturianas nacen entre 1252 y 1272 (Ribadesella, Villaviciosa, Gijón…)
y se funda también poblaciones en Vizcaya y Guipúzcoa: Bermeo (1236), Orduña,
Tolosa, Segura, Bilbao (1300), Ochandiano, Portugalete, Lequeitio,
Elorrio, Guernica…
Hacia
1250 habrá además unas 1400 aldeas en la extremadura castellana, y unas 450 en
la leonesa. Sin embargo, la colonización de la parte de las tierras de Segovia
y Ávila situada en el Sistema Central y al sur de éste, en la transierra, no
se consolidará hasta el último tercio del siglo XIII: Manzanares,
Colmenar, Guadarrama, El Escorial, Collado, Robledo de Chavela (Madrid), El
Espinar, Las Navas… Casi todo el territorio es de realengo, y apenas hay señoríos
de nobles y eclesiásticos hasta el siglo XIV, momento en que se consolidan
también los linajes de caballeros de las ciudades.
En
un documento de 1117 en el que Domingo Petit, prior de Santa María de Segovia
–tal vez de origen franco–, manda fundar una biblioteca en dicha iglesia,
signan como testigos: «Gomez
Enego»
(Íñigo), «Sanz
Veila»
(Sancho Vela), «Garcia
Belasco»,
«Acenar
Gomiz»
(Aznar), «Dominico
Iohan»
(Domingo Juan)… [49]
Aparte de los nobles, la mayoría de la gente usaba, si hacía falta, un apellido
simple, en su mayoría patronímico como hemos dicho.
b.
De
la estabilización de la frontera a la toma de Granada (1263-1492)
1)
De
la repoblación de Cádiz a la anexión de Sicilia (1262-1397)
La
colonización de las tierras del río Guadalete, el bajo Guadalquivir y la costa
atlántica no comienza hasta después de la revuelta e inmigración de los
musulmanes andaluces entre 1264 y 1266. La mayoría de ellos emigran a Granada y
el norte de África. Aunque Cádiz se puebla con cristianos, al parecer de las
montañas de Santander, en 1262-1263, la principal ciudad de la zona era
entonces Jerez, que tenía al menos 1.927 vecinos. El flujo migratorio cesará a
partir de 1275-1285, debido a las dificultades políticas y militares –guerra
civil castellana y ataques de los musulmanes meriníes en el valle del
Guadalquivir– y el cambio de la tendencia demográfica.
Como
un ejemplo más de la extensión de los apellidos castellano-leoneses por
Andalucía, añadiremos que Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), tomada por
Castilla en 1264, será dada a Alonso Pérez de Guzmán «el
Bueno»
en 1297. Aunque éste, hijo natural del Adelantado de Andalucía, nació en León,
Guzmán es un pueblo de Burgos, del término de Pedrosa de Duero. Parece que el
padre de Alonso, Pedro de Guzmán, era hijo del Señor de Vecilla (León)
–Guillén (Pérez) de Guzmán–, quien a su vez lo habría sido del de Lara
(Burgos) y Aguilar (Aguilar de Campoo, Palencia) [50].
Tras
el fracaso de la citada rebelión, Jaime I de Aragón aprovecha las
circunstancias para conquistar Villena, Elche, Orihuela (1265) y Murcia
(1266), pero devuelve las plazas a Alfonso X.
No
obstante, en un documento de 1266, por ejemplo, se lee que Jaime I concede unas
casas en Murcia a Pericó, hijo de Ferrer Matoses, ciudadano de Valencia («Pericono
filio Ferrarii Matasos civis Valenciae»)
[51].
Ferrer es aquí nombre de pila.
El
Tratado de Badajoz (1267) fija la frontera portuguesa con Castilla y León,
salvo en la zona de Serpa y Moura.
A
partir de la década de 1260, la frontera hispana con Alandalús se estabiliza
bastante hasta el último cuarto del siglo XV. Las principales iniciativas
repobladoras tendrán lugar en tierras de señorío, y el escenario bélico español
empieza a extenderse a otros países del Mediterráneo. En Italia, Pedro III de
Aragón ocupa Sicilia en 1282. Cinco años después, su hijo Alfonso III
conquista en las Baleares la isla de Menorca –tributaria desde 1231–,
que se repuebla con catalanes. Y, debido en buena parte a la lucha entre los
reinos cristianos, sólo algunas conquistas merman la frontera del Reino de
Granada: Tarifa en 1292; Bélmez en 1317 –ya en tiempos de Alfonso XI–;
Tiscar (Jaén) en 1319; Olvera y Pruna en 1327; Teba en 1330; Alcalá la Real,
Priego, Rute, Benamejí y Matrera, en 1341; y Algeciras en 1344, donde se erige
una sede episcopal cuyo titular será el obispo de Cádiz y que durará hasta
1369.
En
la célebre batalla del río Salado (Cádiz, 1340) que libró Tarifa del
sitio de los moros benimerines, Juan Núñez de Lara,
señor de Lara y de Vizcaya, y el infante Don Juan Manuel, dirigieron la
caballera castellana. Juan era hijo de Juan (Núñez de Lara) «el Mozo», y Don
Juan, nacido en Escalona (Toledo), era hijo del infante Don Manuel y nieto de
Fernando III. Nótese que el apellido compuesto de ambos señores
de Lara es el mismo, Núñez de Lara, y ya lo usaron así sus dos predecesores,
desde Álvar Núñez († 1287), hijo de Nuño González. Es decir, vemos que,
desde la segunda mitad del siglo XIII, al uso hereditario de la parte toponímica
del apellido se va sumando entre los nobles la fijación de la patronímica,
que va perdiendo su carácter vivo [52].
Por
su parte, Dionís I de Portugal consigue las tierras de Riba Coa, al oeste de
Ciudad Rodrigo, y Olivenza, Serpa y Moura (Tratado de Alcañices, 1297); y Jaime
II de Aragón conquista en el Reino de Murcia Orihuela, Alicante, Elche y
otras poblaciones (1296-1304), a las que acuden catalanes y aragoneses. En 1318,
este mismo rey consigue que se cree la provincia eclesiástica de Zaragoza,
separada de la tarraconense.
En
el pleito-homenaje de la villa de Orihuela a Jaime II en 1296, figuran como
concejales de la misma «Berenguer
Morrelles et en Pere Miró»,
y como teniente del concejal ausente «Exemen
Enegis»,
«Jacme
Cabdebou».
Así mismo, entre los representantes del municipio constan «Bertholomeu
de Togores»,
«N[‘]enego
Lopis, en Pere Rossell, en Perico Rossell fill seu, en Berenguer de Liminiana,
en Bernat Adalill, en Ferrando Marrades, alcait…»
[53].
Parece que el apellido Morrelles existía aún hasta hace poco en Soses (Lérida).
Miró es un patronímico catalán de origen germánico, probablemente visigodo. «Enegis»,
una catalanización de *Enéguiz, Eñéguiz o Íniguez (variantes de Íñiguez,
que es un patronímico significativamente recurrente en La Rioja). Capdebou no
parece existir ya en España, pero procede de una alcuña catalana (cabeza de
buey o de toro) [54].
Togores es una entidad del término de Sabadell (Barcelona). Lopis, una
catalanización de López, apellido que debió de llegar en este caso del Reino
de Aragón… Fijémonos en que aparecen también un Pere Rossell –diminutivo
de Ros, rubio en catalán– y su hijo Pericó, apellidado como su padre. Es una
muestra de cómo el apellido, lentamente, se va haciendo hereditario en
toda la sociedad. Para diferenciar tal vez al padre del hijo, a éste se le
conoce por un diminutivo de Pere (Pedro).
Sin
embargo, terminada la Reconquista para aragoneses y catalanes, a principios del
siglo XIV, los guerreros de la Corona de Aragón pelean sobre todo en Asia
Menor, contratados por el emperador bizantino (1303-1305), y en Italia, donde
conquistan Cerdeña (1323-1326) [55]
e intentan ocupar Córcega. En 1397, Sicilia, que estaba en manos de una
rama menor de la casa real aragonesa, se incorpora directamente a la monarquía [56].
Mientras
tanto, en Portugal, en 1393 se crea la provincia metropolitana de Lisboa, la
mayoría de cuyas sedes episcopales pertenecían hasta entonces a la provincia
de Santiago. A cambio, ésta recibirá de la provincia de Braga los obispados
gallegos y el de Astorga (León).
2)
De
la conquista de las Canarias a la rendición de Granada (1402-1492)
Ya
en el siglo XV, fuera de la Península Ibérica, bajo Enrique III de Castilla y
León se toma Tetuán (Marruecos, 1400) y en el Reino de Granada, Setenil y
Zahara (Cádiz, 1407) y Antequera (Málaga, 1410). Así mismo, en el noroeste de
África empieza la conquista de las Islas Canarias: Lanzarote en 1402 y
Fuerteventura entre 1404 y 1408. En el siglo anterior, las islas habían
recibido ya expediciones de portugueses, genoveses, mallorquines, vizcaínos…
y se había creado el obispado de Telde en la Gran Canaria (1351). La diócesis
se consolida en 1406, cuando se funda el obispado de San Marcial de Rubicón
(Lanzarote).
A
la dirección de la conquista de las Islas Afortunadas por el caballero normando
Jean de Béthencourt se debe la extensión por ellas de este apellido (Betancor,
Béthencourt…). Es en el siglo XV cuando se consolida el carácter
hereditario de la mayoría de los apellidos.
En
1415, Juan I de Portugal conquista Ceuta en el norte de África y, en el Océano
Atlántico, su hijo Enrique el Navegante coloniza Madeira (1425-1439) y
conquista y puebla las Islas Azores (1427-1449). Entre 1445 y 1499, Castilla
completa la sumisión de las Islas Canarias: El Hierro (1445), Gran Canaria
(1478-1480), La Palma (1492-1493) y Tenerife (1494-1499). En 1485, la sede
episcopal de las islas se traslada de San Marcial a Las Palmas de Gran Canaria.
Hacia
1525, sólo un cuarto de la población de las Afortunadas era aún indígena
pura (guanche) [57],
y estaba bastante integrada culturalmente. El resto procedían de la emigración
de castellanos, andaluces, gallegos y portugueses, y mercaderes y marinos
vascos, «burgaleses»,
catalanes y genoveses. También había algunos esclavos negros (guineos) y
musulmanes.
Una
parte de los guanches pactó con los españoles y aun les ayudó en la
conquista. La mayoría de los que sobrevivieron a ella se bautizaron y tomaron
los apellidos de sus padrinos. En los Acuerdos del Cabildo de Tenerife de 1497,
aparece como gobernador Alonso (Fernández) de Lugo –ciudad gallega–, quien
nació probablemente en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz); como teniente suyo, «Fernando»
(o Hernando) «de
Trosillo»
(Trujillo, en Cáceres); y como su alcalde, «Francisco
Gorvalán»
(Corbalán, en Teruel). Formaban entonces el cabildo seis regidores y dos
jurados. Los primeros eran éstos: «Gerónymo
de Valdés»
(municipio asturiano), quien era de Sevilla [58];
«Lope
Fernandes»
(Fernández de la [Reguera y] Guerra); «Cristóval
de Valdespyno»
(tres poblaciones en León y sendas en Zamora, Salamanca y Madrid); «Pero
Mexía»
(Mejía, antropónimo antiguo, variante tal vez de Macías); Guillén
Castellano, conquistador guanche; y Pero (o Pedro) Benítez, sobrino de Don
Alonso. En cuanto a los jurados, eran Francisco de Albornoz (antigua población
de Cuenca) y «Juan
de Badajós»
(Badajoz). Así mismo, se menciona en dichos acuerdos a Alonso de las Hijas (¿entidad
de Puente Viesgo, Cantabria?); Fernando de Llerena (ciudad de Badajoz), quien
era guanche; Juan Delgado, conquistador guanche; y el escribano público Alonso
de la Fuente (entidades en el norte de España, Castilla y León, Extremadura,
Andalucía…) [59].
Fuera de las Canarias, en la Península Corbalán parece hoy un apellido
significativamente recurrente en Murcia (la variante Gorbalán, muy rara, sólo
existe en Vizcaya); Valdespino, en Valladolid; Albornoz en Córdoba; De las
Hijas, en Toledo… Puede que este último apellido sea una alteración de Hijes,
que es una villa de Guadalajara. En cuanto a los nombres guanches, algunos aún
perduran como apellidos: Bencomo –nombre del rey de Taoro (Tenerife) hasta
1496–, Baute o Ibaute, Chinea, Oramas, etc.
Reinando
en Castilla Enrique IV, caen Jimena de la Frontera (Cádiz, 1456), Gibraltar y
Archidona (Málaga, 1462), y Portugal conquista Tánger (Marruecos, 1471).
Finalmente, entre 1482 y 1492, bajo el cetro de los Reyes Católicos Fernando V
de Aragón e Isabel I de Castilla, cae el reino nazarí de Granada, último
estado musulmán de la Península Ibérica: en 1482, Alhama de Granada es
conquistada por el Conde de Arcos, Rodrigo Ponce de León (hijo de Juan Ponce de
León). Tres años después se toma Cártama y Conín, Ronda y su serranía (Málaga),
y Cambil y Alhabar (Jaén). En 1486, los Reyes Católicos ocupan la vega de
Granada: Loja, Illora, Moclín, Montefrío y Colomera. El año siguiente, Vélez
Málaga y la propia Málaga, cuya sede episcopal se restaura de modo definitivo.
En 1488 se toma posesión de Vera, Mojácar, el Valle del Almanzora, la Sierra
de los Filabres, Vélez Blanco y Vélez Rubio (Almería). Un año más tarde se
entra en Baza, Guadix y Almería. Y por último, en 1492, se rinde Granada,
donde se restaura el obispado de Ilíberis con rango metropolitano. Ese año se
concede también esta dignidad a la sede de Valencia, se descubre América y se
expulsa a los judíos españoles.
En
el sitio de Baza (Granada) se distinguió Rodrigo de Mendoza, hijo del gran
cardenal Pedro González de Mendoza. Aunque éste era natural de Guadalajara, en
cuya zona tenía el linaje su principal feudo, la procedencia última del mismo
era Mendoza, población alavesa.
Entre
1485 y 1500 entrarán en el reino granadino unos 40.000 pobladores
cristianos, oriundos sobre todo de Andalucía.
En
1491, por ejemplo, figuran en el padrón de Loja (Granada) Diego de Alcántara
y su mujer Elvira Fernández, llegados de Lucena (Córdoba). Al parecer, Diego
era suegro de Diego de Melguizo y de Rodrigo de Barahona (entidad del municipio
de Riaza, en Segovia, o Baraona, en Segovia también) [60].
Melguizo significa mellizo en algunas zonas de Aragón, La Mancha y Andalucía,
lo cual nos da una pista del recorrido que pudo seguir el apellido, en todo o en
parte, hasta llegar a Loja. En cuanto a Alcántara, hay sendas poblaciones de
este nombre en Cáceres, Valencia, Cádiz, Málaga y Murcia.
Muchos
moros de la zona emigrarán al Magreb.
Hemos
visto que el avance hacia el sur durante la Reconquista de los cristianos de los reinos y condados españoles conllevó la expansión simultánea de
sus nombres y sistemas cognominativos: patronímicos, apodos, toponímicos,
compuestos…
Además de por sus respectivas regiones de origen, muchos apellidos gallegos,
asturianos y leoneses se extendieron principalmente por los
territorios conquistados por el Reino de León –Extremadura–, Andalucía
occidental y –sobre todos los gallegos– las Islas Canarias.
Muchos apellidos cántabros –montañeses–, castellanos viejos,
vascos y riojanos, y parte de los asturianos, se
difundieron esencialmente por ambas Castillas (Vieja y Nueva), La Rioja, parte
de Aragón, La Mancha, el Reino de Murcia, Extremadura, Andalucía Oriental y
las Canarias.
Así mismo, una parte significativa de los apellidos vascos pasó
también a Navarra y, a través de Aragón, al Reino de Valencia. También
muchos apellidos navarros se propagaron en gran medida a estas últimas zonas y,
a través de Castilla, a Extremadura, La Mancha y Andalucía.
Por su parte, muchos apellidos aragoneses se extendieron también,
principalmente, a Castilla la Nueva, La Mancha, el Reino de Valencia, parte de
Cataluña y las Islas Baleares, y Andalucía oriental.
Finalmente, muchos apellidos catalanes pasaron, básicamente, a las
áreas reconquistadas por sus portadores y a otras limítrofes: parte de la
Ribagorza, zonas fronterizas del este de Aragón, el Reino de Valencia, las
Baleares y parte de Murcia, y de ahí al este de Andalucía y las Islas
Afortunadas.
Por supuesto, también surgieron nuevos apellidos basados en la toponimia
de las nuevas zonas reconquistadas: Castilla la Nueva, La Mancha, Valencia,
Extremadura, Murcia, Andalucía…
Desde su aparición en el siglo IX, empezando por la nobleza y sobre todo por el patronímico, el apellido fue ganando terreno en los reinos cristianos conforme se iban desarrollando. En el siglo siguiente, a veces se le añadió, sobre todo entre los nobles, un complemento toponímico que aludía a su lugar de origen o su jurisdicción. Sin embargo, el apellido no era aún hereditario y hasta cambiaba con facilidad. Sólo en el siglo XII, para confirmar el linaje, se va haciendo estable entre los nobles –especialmente el toponímico–, y habrá que esperar una centuria más para que se consolide y empiece a ser claramente hereditario también en el estado llano. Es un proceso muy lento, que se reafirma en el siglo XV y sobre todo en el XVI, cuando se obliga a todas las parroquias a registrar los bautizos, matrimonios y defunciones.
Así
pues, aunque luego ha habido otras migraciones en la Península Ibérica –como
las consiguientes a la expulsión de los moriscos de las Alpujarras (Granada) en
el XVI, y de toda España en el siguiente siglo–, durante la Reconquista se
puso las bases de la distribución peninsular del apellido español. Tal vez un
día podamos analizar también, desde el punto de vista onomástico, las
migraciones internas españolas de las edades moderna y contemporánea. Espero
que el mapa trazado en estas páginas, «protohistoria»
de la mayor parte de la genealogía hispana, permita entender y rehacer mejor
linajes particulares, desde el día de hoy hasta allí donde se pierdan en la
historia comunitaria.
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[37] Ver Álamo, Juan del: Colección Diplomática de Oña, 2 vols., Madrid, 1950, citado en Díez Melcón, Gonzalo: o.c.; y Troyano Biedma, José Manuel: La villa de Bedmar en la frontera de Mágima (1077-1466), en Sumuntún: Revista de Estudios sobre Sierra Mágima, vol. 15 (2001), pp. 59-74 (ver http://www.cismamagina.es/pdf/15-04.pdf). Cf. También http://www.saudar.com/Art4.htm.
[38]
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164, Madrid, 1679. Citado en Lumbreras Valiente, Pedro: Los
fueros municipales de Cáceres. Su derecho público,
p. 287, Cáceres, 1974.
[39] En Huici Miranda, Ambrosio: Colección diplomática de Jaime I, el Conquistador, años 1217 a 1253, t. I, p. 153, Valencia, 1916.
[40] Parece que uno de sus descendientes, Fernando Fernández de Pina, fue embajador de Aragón en Portugal en 1280.
[41] En Huici Miranda, Ambrosio: o.c., t. I, VI.
[42]
El apellido Monroig es recurrente, además de en la provincia de Barcelona,
en la de Castellón. También está presente en la de Valencia.
[44] Cf. «Los primeros castellanos en Andalucía», en http://www.darrax.com/, 10 + Leídos; y http://www.andalucia.cc/habis/repart_ubedabaeza.htm.
[45] Este apellido es significativamente recurrente en Huesca, Navarra, Zaragoza y La Rioja, y está presente también en otras provincias entre éstas y Jaén, como Cuenca.
[46] Sánchez Rubio, M.ª de los Ángeles: Documentación medieval, Archivo Municipal de Trujillo (1256-1516), Parte I p. 25, Institución Cultural «El Brocense», Salamanca, 1992.
[47] González Jiménez, Manuel; González Gómez, Antonio: El libro del repartimiento de Jerez de la Frontera, p. 8. Instituto de Estudios Gaditanos, Cádiz, 1980.
[48]
Cf., respectivamente, Martínez, Pascual: La tierra de campos Occidental,
p. 502, citado en «El apellido Lobo» –disponible en http://sauce.pntic.mec.es/~jdelamo/famsigxviii.htm–,
y la página del apellido Segovia de http://www.geocities.com/Heartland/7399/segovia.htm.
[49] Villar García, Luis: Documentación medieval de la Catedral de Segovia (1115-1300), pp. 48s., Ediciones Universidad de Salamanca, Salamanca, 1990.
[51] «Matasos» es un error por Matosas. Archivo de la Corona de Aragón, reg. 15, fol. 7v, en: Torres Fontes, Juan: «Documentos del Siglo XIII», p. 25, en: Colección de documentos para la historia del Reino de Murcia, II. Academia Alfonso X el Sabio, Nogués-Murcia, 1969.
[52]
Ver Salazar y Acha, Jaime de: Génesis y evolución histórica del
apellido en España, Real Academia Matritense de Heráldica y
Genealogía, Madrid, 1991. Hay un resumen en línea, parte en francés y
parte en español, en http://wwwusers.imaginet.fr/~hmartin/genese.htm.
[53]
A.M., Orihuela, Libro de Privilegios y Reales Mercedes, Artmm. XVII, 2588,
ff. 15r-16r, cartulario de finales del siglo XV. Citado en Estal, Juann
Manuel del: Corpus documental del
Reino de MMurcia bajo la soberanía de Aragón (1296-1304/5),
Primera Parte, doc. 18, p. 130, Instituto de Estudios “Juan Gil Albert”,
Alicante, 1985.
[54]
A no ser, aunque parece difícil, que fuera una deformación de Cap de Bol,
cabo del municipio de Port de la Selva (Gerona).
[55] Durante una revuelta de la isla, en 1354 la armada catalano-aragonesa conquista Alghero, que será poblada por catalanes. Todavía hoy se habla catalán en la población.
[56] Unos años antes, en 1391, tuvieron lugar en parte de España las matanzas de judíos que forzaron la conversión al cristianismo de muchas decenas de miles de personas.
[57]
La lengua guanche, extinta desde hace siglos, se suele relacionar con el
grupo líbico-bereber. Al principio, la palabra guanche designaba sólo a
los habitantes de Tenerife.
[58]
Era Valdés hermano de Andrés Xuárez Gallinato, hijos ambos del ex
gobernador de Gran Canaria, Pedro del Aljaba, y de Leonor Suárez (o Xuárez)
de Fonseca. Parece que Aljaba, apellido que ya no existe en España, es o
era una entidad de Huelva. Alonso Fernández de Lugo, cuyos padres y abuelos
eran sevillanos, era cuñado de Leonor. Cf.
http://80.81.104.134/2003-06-29/criterios/criterios9.htm.
[59]
Serra Ràfols, Elías, y cols.: «Acuerdos
del Cabildo de Tenerife»,
1497-1507, pp. 1-3. En: Fontes Rerum
Canariarum, IV; La Laguna, 1949.
[60]
Padrón áureo, f. 161, según http://www.villanuevamesia.com/historia.htm.
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